El último informe que Amazon me ha entregado indica
125 descargas de Bastos y bastardos sumando gratis y de pago. Lo primero que
siento es un gran agradecimiento porque quiere decir que la novela ha
encontrado y seguirá encontrando sus personas lectoras.
No es un tema de ventas o de prestigio. He dicho a mis amigos que es un tema de
compartir lo que se ha escrito con las personas que extiendan su mano. Lo que se
escribe lleva mucho de uno mismo. Lleva mucho de las experiencias de quien
escribe. Algunos dicen que un libro es como un hijo. Yo a un hijo no lo
comparto. Pero entiendo que la metáfora lleva la intención de expresar lo difícil
que es producir textos y que cuando salen llevan vida propia.
Cuando alguien me envía un mensaje con un comentario
o crítica de El hijo de Oshún, siento que se está metiendo en una región intima
de mi alma a la cual yo le he dejado ingresar. Es como tener 125
personas deambulando por mi casa. Tanta gente de visita sería imposible, pero
la literatura lo permite.
Por ello, el agradecimiento nace como un
impulso para que recordemos juntos lo que se me ha ocurrido escribir. Quien lea
lo que escribo, primero, es como quien viene a casa a tomar café; segundo, se da la oportunidad de recordar ese momento.
Me alegra decirles que la versión impresa está
en proceso. Podrá ser encargada en Amazon como libro de pasta blanda o bien,
pueden hablar conmigo y hacer el encargo. Ya tenemos varios en la lista.
Complacido
Jonathan Jiménez Porras
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